
Que raro se me hace eso de responder a la pregunta "¿Cuántos años tienes?" y decir: 30. No, no me lo creo. Aquí hay un hechizo de brujería. No puede ser que hace 30 años saliera del interior de mi madre llorando como una desesperada. Sí, no hizo falta el toquecito de rigor. Yo ya salí llorando.
Aviso: entrada muy larga